domingo, 12 de septiembre de 2010

La educación del Bicentenario

Dicen que la mejor forma de evaluar el aprendizaje es cuando le cuentas a alguien más lo que efectivamente has aprendido. La verdad es que es un proceso difícil. Recibir información, procesarla y volver a difundirla.

Bueno pues ahora con lo del Bicentenario me he acordado mucho sobre esta situación porque recuerdo que cuando yo era niña, o séase, cuando iba a la primaria, me encantaba la clase de historia, de hecho creo que era mi favorita. Mi profe de quinto y sexto no era de lo mejor (en realidad la mayor parte del tiempo se la pasaba contándonos su vida personal), pero en clase de historia tengo que admitir que se defendía.

Nos contaba siempre la historia oficial y después nos relataba sucesos que por lo general no estaban descritos en los libros de la SEP. Al llegar a mi casa lo primero que hacía era buscar a mi mamá o a mi papá para contarles lo que la maestra nos había dicho en clase. Era bien padre, especialmente porque en el caso de mi papá porque también compartía mi gusto por la historia, así que nos enrollábamos casi siempre en una amenizada conversación en la que yo externaba mis curiosidades y él me externaba las suyas.

Esto viene al caso porque en las últimas semanas he tenido la visita de uno de mis primitos que va precisamente en quinto de primaria. Uno de estos días llegó a contarme muy entusiasmado que va a salir en una obra de teatro en su escuela, en la que los niñitos van a representar el movimiento de Independencia.

Mi reacción fue de alegría, especialmente porque por mi mente paso la imagen del Hidalguito, la Josefita Ortiz de Domínguez, el Guerrerito, el Morelitos, el Minita, el Guadalupe Victoria, y demás figuras del movimiento, todas en pequeñito. Luego me puse a pensar en que es un recurso bastante didáctico para que los niños aprendan la historia de México, sobre todo porque estamos en EL año del BICENTENARIO.
Satisfecha por el entusiasmo de mi primo y porque recordé aquellos bellos momentos de mi infancia, pensé que igual ertaría bien platicar con él acerca de algunos sucesos y personajes de la historia. Le pregunté sobre Iturbide, Juárez, Maximiliano, Porfirio Díaz... pero para mi sorpresa (después desgracia y después tristeza), el niño no tenía ni idea de quiénes habían sido aquellas personas :/ (¡ouch!). Me dijo que, claro alguna vez en su vida los había escuchado nombrar, pero no sabía porque eran importantes ni qué habían hecho para serlo, sus profesores nunca se lo habían enseñado.
¡Wow! me sorprendío muchísimo porque ¡cómo es posible que un niño de esa edad no sepa nada sobre episodios tan importantes de la historia de su país! De hecho yo creo que si no fuera por la obra de teatro en su escuela, tampoco sabría qué había sido el movimiento de Independencia ni quienes habían participado.
En principio lo regañe... y luego medio me retracte porque tampoco es del todo su culpa. Sus papás, los profesores, el sistema educativo, el gobierno, ¡la sociedad en general también tenemos la culpa!
...
...
...
En fin que esto sigue pero lo voy a dejar para la siguiente entrada porque todavía tengo cosas que reflexionar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario