Entre lagos y montañas, en la onscuridad de la noche, leí Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, el relato más fántastico que las palabras sobre el papel hayan logrado recrear en mi imaginación.
El autor de dicha maravilla de la literatura es Jorge Luis Borges, quien la incluyó en su libro Ficciones de 1944.
Estaba en un autobus de camino a Michoacán, sin más compañía que la de mi iPod, por lo que me puse a ver el paisaje entretenidamente para pasar el rato, hasta que cayó la noche y ya no pude ver más. Como no tenía sueño busque entre mis cosas algo que leer, me encontre primero con mis copias de la clase de Negociaciones, pero sinceramente tampoco tenía el ánimo de leerlas, así que seguí urgando en mi mochila hasta que por fin me halle con el libro de Borges en las manos.
Encendí las lucecitas de mi asiento y me dispuse a leer.
Esa no era la primera vez que comenzaba el relato, hace años, no recuerdo cuantos, ya había intentado dedicarle tiempo pero lo deje, tampoco recuerdo con exactitud la causa, pero supongo que fue porque las primeras líneas parecen ser un tanto rebuscadas. Sin embargo, lo que sucedió esta vez fue totalmente lo contrario.
Desde el primer gran parrafo...
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