Ya se acerca la navidad y día de reyes... recuerdo que de niña era la temporada que más esperaba con ansía, pero no por el espíritu navideño y esas cosas porque realmente en mi familia nunca hemos celebrado la navidad como es debido, sino por los juguetes.
Yo si era de esas que escribian la cartita y luego la mandaban a volar con un globo de elio con la esperanza de que la leyeran los reyes magos, hasta les dejaba comida en la noche por si tenían hambre, era yo una niña muy considerada.
Siempre quise una pista de carreras, muchos carritos y uno de esos camioncitos para cargar tierra pero nunca me trajeron nada (porque era niña), en lugar de eso cada año me traían una muñeca, así que tuve muchas barbies.
Al final no me desagradaban tanto, me entretenía jugar con ellas, particularmente el vestirlas. Lo más padre de las barbies es cuando las pones bonitos, lo cual he podido comprobar después de consultarlo con varias chicas que mantienen la misma opinión. Peinarlas, cambiarlas, pintarlas seguramente se lleva el 70% de la diversión.
Con las barbies, yo creo que ahí es donde nace el consumismo y los complejos femeninos. Ahí comprendes porque una mujer debe estar bonita, porque debe ser delgada (si se puede rubia), una profesionista, una buena ama de casa, una buena hermana mayor, una linda novia, una buena hija, y más recientemente una experta en moda (es que la ropa de barbie ya es de diseñador). Barbie, toda ella, completita, es una mujer que se va adapatando a la época, por eso es que ahora no sólo es guapa, también es una "exitosa" profesionista.
Las niñas aprenden de ella, yo aprendí de ella, así que pese a que no fue parte de mis juguetes preferidos de niña la defiendo porque prefieron una Barbie que una Bratz. Esas si se ven como zorras.
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