Sí... en efecto... voy a escribirlas. Pero no siempre.
Palabrotas, malas palabras, palabras altisonantes, blasfemias, vulgaridades, etc., como les quieran decir... al fin y al cabo GROSERÍAS. Me gusta decirlas y mucho, pero en el momento y con o hacia las personas correctas.
Cuando estaba en sexto de prepa mi profesora de psicología nos comentó (o séase a mis compañeros de clase y a mí) que las groserías son una especie de "síntesis" de algún (os) sentmiento (s) que las personas experimentamos con tanta fuerza que no encontramos otra forma de expresarlo (s). Es decir, si te sientes feliz es porque estás totalmente extasiado de felicidad..., si sientes tristeza es porque te encuentras terriblemente inconsolable..., si sientes enojo es porque estás increiblemente encolerizado... y así con todos los sentimientos.
La cuestión es que, cuando cada una de estas emociones llega no te pones a pensar en las frases más rimbombantes para expresarlas, o peor aún, las palabras no te son suficientes para externarle a los demás lo que estás sintiendo. Es en estos momentos cuando de nuestras bellas bocas salen frases como "hoy me siento de poca madre" ó "estoy que me lleva la chingada" ó "ahora si estoy bien emputada (o)"
Es simplemente imposible que paremos de decirlas o al menos de pensarlas ¿a quién no le ha pasado el tener unas ganas enormes de decirle a alguien más "chinga tu madre" pero nos contenemos porque evaluamos que no es el momento correcto o la persona indicada, así que mejor nos aguantamos ó nos volteamos a decirlo entre dientes?
Las groserías cumplen además una función liberadora. Nos hacen sentir mejor una vez que las decimos. No hay que dejar que se nos acumulen los sentimientos. De ahí el estrés... ó como dice mi mamá "no te enojes que se te va a subir el azúcar".
Mi profe nos dijo que es por esta razón que las groserías existen en todos los idiomas (ó al menos en casi todos) y a mi muy humilde punto de vista, tiene razón. Son necesarias, pero hay que aprender cuándo, cómo, dónde y con quién utilizarlas. Sin olvidar que forman parte de nuestro abundante léxico y cultura popular. Los albures son ejemplo de ello, aunque debo admitir que a mi siempre me chamaquean.
Con todo esto tampoco quiero decir que TODOS debemos utilizarlas, las palabras ahí están... así que el que quiera y pueda pues que las use.
A mí como si me gustan... las voy a escribir. ¡Chinga! faltaba más.
Concuerdo contigo, las groserías hay qué saber a quién, cómo y cuándo decirlas.
ResponderEliminarEn lo personal, aunque sepa alguna que otra mala palabra en otro idioma, me sabe más decirlas en español... Tienen un no sé que que sé yo.
¡Sí, no hay como el español!!
ResponderEliminarpuedes hacer combinaciones como "ese tipo es un pendejoidiotaímbecil"
Además, se me olvido agregar el caso de las señales con el cuerpo. En lo personal no suelo hacer cosas como la "britney señal" pero no me falta la clásica de doblar el bracito y enseñar el codo.